La hija del cazador
Adon, Pilar
La Bella Varsovia
En "La hija del cazador" nos aguarda un mundo en claroscuro.
La nina que es mujer, que se aleja de la casa y se adentra en el bosque.
Que busca un universo nuevo e incierto a la vez.
Que avanza en pos de la luz que advierte detras de los arboles.
El destino es el propio sendero.
Alli las sombran huyen y a la vez acechan, aguarda la ceniza y aguardan las emociones nuevas que son, a su vez, trasunto de las emociones abandonadas.
"Amar al padre.
Respetar al padre.
/ Querer ser otra".
Vivir y anorar la casa donde vive el pasado y edificar la casa del futuro con la fragil materia del presente.
El libro de lo que huye y se ama y se suena.
De lo que vive y muere.
De lo que nos contempla y nos da la espalda.
Un poemario intenso, evocador, hecho de los temores y de las extranezas de una realidad en transito (Manuel Rico).
La nina que es mujer, que se aleja de la casa y se adentra en el bosque.
Que busca un universo nuevo e incierto a la vez.
Que avanza en pos de la luz que advierte detras de los arboles.
El destino es el propio sendero.
Alli las sombran huyen y a la vez acechan, aguarda la ceniza y aguardan las emociones nuevas que son, a su vez, trasunto de las emociones abandonadas.
"Amar al padre.
Respetar al padre.
/ Querer ser otra".
Vivir y anorar la casa donde vive el pasado y edificar la casa del futuro con la fragil materia del presente.
El libro de lo que huye y se ama y se suena.
De lo que vive y muere.
De lo que nos contempla y nos da la espalda.
Un poemario intenso, evocador, hecho de los temores y de las extranezas de una realidad en transito (Manuel Rico).